Cuando la magia da un paso más allá, consigue que ni
veamos de dónde ha salido y acaba en nuestras casas y en nuestras manos a
través de la radio
“Vosotros, los oyentes, vais a hacer
desaparecer algo. Por un segundo vais a ser magos. ¿No os lo creéis? Escuchad
atentamente: solamente os tenéis que imaginar que sostenéis un cuchillo por el
mango. Pero a ese chuchillo le falta el filo que corta. Ahora le falta también
la hoja entera de cortar. Y, finalmente, le falta el mango. Ya está. Acabáis de
hacer desaparecer un cuchillo, el sueño de todo mago.”
Y así, señoras y señores, es cómo
Juan Tamariz hace magia por la radio. Sí, sí, has leído bien: por la radio. ¡Lo
nunca visto! Ni nunca se verá; es lo que tiene la radio, que se oye, pero no se
ve. Seguro que te habrás quedado boquiabierto, con cara de extrañado e
intentando unir cables para ver que, teóricamente, es imposible. “Magia y
radio, ¿cómo pueden ir en la misma frase?” Pues bien, en un siglo en el que no
quedan pliegues para esconder secretos, los magos siguen teniendo un as en la
manga.
La primera vez que lo escuchas, y
nunca mejor dicho, resulta extraño. Los profanos, como llaman los magos al
resto de la humanidad que no saben sus trucos, tienen asimilado que, para que
los magos puedan desplegar su magia, hace falta que ellos lo vean, es decir,
tienen que estar en el mismo espacio geográfico y temporal que el mago. Pero
resulta que no, que actualmente los magos han avanzado tanto sus técnicas que
pueden sorprendernos a miles de kilómetros de distancia.
El mago moderno ya no necesita ni
ver, ni oír, ni tocar. Ni tan siquiera estar presente. Su única necesidad se
resume en hablar y ser escuchado. Nada más. En su voz se genera la magia y en
tus manos ocurre. Así de simple.
Así que ahora, para todos aquellos profanos
que estén leyendo, se va a desmantelar el gran truco que se esconde detrás de
las mágicas palabras del mago que, cómodamente sentado en la silla de un
estudio de grabación, nos hechizan y nos convierten a nosotros en los
verdaderos magos: ¡abracadabra!
El punto de partida se sitúa en esa
silla dónde el mago, sentado y con una sonrisa de oreja a oreja del que sabe
que lo que está a punto de ocurrir va a ser, por lo menos, inverosímil, pide a
los oyentes que lo estén escuchando que cojan ciertos objetos, como pueden ser
una baraja, unas monedas, utensilios pequeños tales como garbanzos, clips,
chinchetas… etc. Una vez el mago consigue “hechizar” a los oyentes para que se
muevan por toda la casa en busca del material deseado, empieza la magia. El primer
mago dará unas órdenes al segundo mago, el inicial profano, y éste seguirá los
pasos del primer mago al conjuro de su voz hasta que consiga tener un imposible
en su propia casa: el mago radiofónico habrá conseguido adivinar en la
distancia cuántos objetos tenía en su mano o qué carta era la que había
escogido. También pueden realizar trucos con números, como los típicos juegos
matemáticos que hacíamos de pequeños, en el que el mago pide al oyente que
piense en un número, que lo multiplique por tal, lo reste por pascual y…
¡tachán! le sale el 7.
El oyente, el inicial profano, el
encarnado mago, la persona que ya no sabe qué es real y qué no lo es, se
asombrará e incluso hasta se asustará cuando, dos cartas que él mismo haya
perdido en la baraja, aparezcan encima de ésta o, en el más fantástico de los
casos, ¡que una carta viaje hasta su bolsillo! No obstante, no podrá hacer
trampa puesto que, si intenta repetir el efecto a escondidas sin la voz del
mago, la magia del truco se desvanecerá. Se volverá a quedar boquiabierto del
asombro, con cara de extrañado e intentando unir cables para ver que, en la
práctica, ha realizado un imposible. Y ahora sí: “magia y radio son posibles en
la misma frase”.
A la hora de pensar en un mago
español, indudablemente nos acude a la mente el nombre de Juan Tamariz. Este
gato viejo de la profesión, además de ser un ilusionista especializado en
cartomagia y en magia de cerca, fue de los primeros en introducir la magia en
el mundo radiofónico, seguramente con la broma citada al principio ya que una
de las cosas que más lo caracteriza es el humor dentro de sus trucos. Durante
un largo año lleno de magia e ilusionismo, estuvo como colaborador en el
programa de radio “No somos nadie” en la M80 Radio entre 2002 y 2009,
presentado y dirigido por Pablo Motos y Celia Montalbán. Se dedicaba a hablar
sobre el mundo de la magia en general hasta que se le ocurrió hacerla él mismo
y así enganchar más a los oyentes del programa. “Solamente preparábamos a los
oyentes para que en sus casas ocurriera el misterio” comentó el modesto mago en
el programa “Hoy por Hoy” en la Cadena SER en el 2012. La experiencia y los
trucos realizados durante el programa de Pablo Motos, dieron origen a que el
mago se animara a escribir “Por arte de Verbimagia”, en el que recopila sus
juegos más sorprendentes.
Para poner en situación a aquellos
profanos que no lo sepan, la verbimagia es básicamente el tipo de magia comentada
anteriormente, la que se hace por la radio; aquellos juegos que, si los
espectadores siguen las órdenes del mago, consiguen realizar un truco de magia
en toda regla y ellos solos. Son juegos que siempre se han hecho de tú a tú
para dar más protagonismo a los espectadores pero que, a la hora de adoptarlos
en la radio, son los que mejor funcionan y los que más asombro suscitan en los
oyentes.
A parte del libro del famoso Tamariz,
se pueden encontrar otros manuales, si os queréis convertir en verdaderos magos
verbimagicos, como “Magia invisible” de Carlos Adriano o “Engaños a orejas
vistas, o sea, el arte de hacer diabluras radiofónicas” de Imanol Ituiño.
Justamente este vasco y mago de nacimiento, es el único ilusionista en toda
España que, actualmente, hace magia por la radio de manera regular. Lo podéis
escuchar todos los miércoles a las 12.30 del mediodía en el programa “Faktoria”
de Euskadi Irratia. “Es curioso porque yo estudié comunicación audiovisual,
pero yo no estoy en la radio por haberme licenciado en eso, sino por ser mago” comenta
con una risa el vasco.
Por arte de magia, esa que hoy en día
llamamos aviones, Imanol se teletransportó desde su Bilbao natal hasta
Barcelona el pasado 21 de febrero para presentar su libro y ofrecernos unas
pinceladas de lo que se cuece cuando está hechizándonos con sus palabras a
través de la radio.
“Llevo ya 4 años haciendo el programa
y, cada mes, hago más o menos 3 sesiones de historias, anécdotas y biografías,
y una de magia pura y dura”. Para ilustrarnos esa magia verdadera de la radio,
narró tal cual varios guiones de trucos que él había realizado en su programa a
lo largo de estos años. Pero la verdadera magia ocurrió entre bambalinas,
cuando la gente salió asombrada del local e Imanol desveló en petit comité la
increíble chispa de este arte.
“La magia en la radio no es tanto
otra manera de entretener, sino que es una especie de rama dentro de la magia.
Tampoco es que sea una cosa moderna, ya que ha habido magos que,
históricamente, han hecho magia por la radio. De hecho, aunque en el año 1915
se pusiera la primera estación de radio en los Estados Unidos, por increíble
que parezca, ya existía la radio antes. Lo que pasó fue que habían inventado
cómo mandar sonidos y eso se utilizaba como método para hacer juegos de magia:
había magos que tenían estos aparatos de radio escondidos en el escenario para
chivarse informaciones mágicas. Yo creo que es muy bonito que la técnica se use
para hacer la trampa y, una vez que la técnica ya es conocida, porque todo el
mundo tiene una radio en casa actualmente, se use para hacer magia a través de
esa misma técnica.”
Imanol no considera que la que magia
en la radio esté infravalorada sino “todo lo contrario, se incrementa”. “Hay
juegos que si yo te los hago aquí en persona tú puedes decir ‘bueno vale, no sé
cómo lo has hecho, pero no me ha impresionado mucho’. Sin embargo, si el mismo
truco lo haces tú mismo en tu casa porque estás escuchando a una persona en la
radio y, finalmente, te sale, el hecho de que tú no estás en la misma
habitación que el mago ni lo conozcas cara a cara, incrementa la emoción.”
A la hora de los trucos que más
frecuentemente se suelen realizar en los programas radiofónicos, Imanol se
centra sobre todo en los juegos verbimagicos, aquellos explicados más arriba,
pero cree que “no es la única forma de hacer magia por radio”. “También está la
opción de que en casa solo oigan la magia y no tomen parte activa en ella de
ninguna manera. De esta manera, el locutor sí que estaría compinchado, pero no
importa porque éstos tienen una fuerte conexión con los oyentes y, como son
profesionales que están acostumbrados a narrar cosas, la emoción que le pueden
poner explicando lo que han vivido es tan o incluso más fuerte que cualquier
juego verbimagico.”
Pero la aventura no terminaba aquí.
En vista de que en el libro daba consejos y adjuntaba sus actuaciones
radiofónicas más populares, adentrarse en la mágica lectura de “Engaños a
orejas vistas” es un buen método para desmantelar a todos aquellos profanos que
lo lean, el gran truco que se esconde detrás de la elaboración de un guion
radiofónico que contenga pura magia: ¡abracadabra!
Una cosa importante a la hora de
hacer magia por la radio es intentar prever qué tipo de gente estará escuchando
la radio a esa hora. “Yo hago el programa alrededor de las 12 y sé que gente
joven me escucha poca, pero sí que lo hacen amas de casa, jubilados, gente que
trabaja en oficinas y tienen la radio puesta o gente que va en el coche. Soy
muy consciente de que, del 100% de las personas que me escuchan, solo un 20%
realizará el juego.” No obstante, el elemento principal es que, aunque haya
personas que no sigan el juego, se entretengan y por eso es muy importante
ofrecer bromas, sonidos y que haya un tema que resulte sustancial.
Otro punto a tener en cuenta es saber
qué ha venido antes de la sección de magia y qué vendrá después. Imanol ya sabe
que no está en sus manos esa decisión, pero comprende que a veces es difícil
pasar de dar una mala noticia “al cachondeo del mago de turno”. Si algún día,
justo antes del programa informan de una catástrofe, aunque los oyentes sepan
que la regla de oro es que “the show must go on”, está bien hacer referencia a
ello y empezar la magia con mucha delicadeza.
En cuanto a ideas sobre temas para
tratar en la radio, Imanol nos aconseja fijarnos en la actualidad puesto que es
uno de los elementos que caracteriza este medio de comunicación. “Cualquier
novedad o referencia a un tema de actualidad, foto de WhatsApp viral o noticia
curiosa, causará furor entre los oyentes.” Por el contrario, el mago casi nos
prohíbe temas escabrosos como la política o alguna noticia que pueda segmentar
demasiado la opinión pública.
Además, para sentirnos un locutor más
mientras realizamos nuestros mágicos trucos, el mago vasco nos aconseja repetir
varias veces el nombre de la emisora y del programa. “Si os fijáis, en los
programas de radio están constantemente poniendo cortinillas con su sintonía y
nombre.” Pues nosotros debemos hacer lo mismo.
Hasta ahora, los profanos solamente
han ido descubriendo el arte que se esconde detrás de la magia en la radio
porque es lo más inusual, lo más inverosímil y lo más extraordinario. No suele
ser muy común estar escuchando un programa de actualidad o las canciones del
momento y que, de repente, te salga un mago incitándote a que lo seas tú
también con sus espectaculares trucos. En cambio, lo que sí es más común
escuchar en la radio son programas que hablan sobre magia. A veces, el cambio
de un simple verbo y una sencilla preposición acaban dando la vuelta a la
tortilla.
Por lo tanto, cambiemos ahora de
sintonía dejando atrás el hacer magia en la radio para pasar a hablar de magia
en la radio. El mismo Imanol comentaba anteriormente que él también habla sobre
magia en algunos de sus programas e incluso existen varios programas más
relacionados con la cultura y el arte que tienen esporádicas colaboraciones de
magos que aprovechan el estar en un medio de comunicación donde miles de
personas lo están escuchando para, ya sea promocionar su nombre y su
espectáculo o hasta para animarse y hacer algún truco. Pero lo que ahora nos
interesa son programas íntegros de magia, ¡a tutiplén!
Uno de los programas con más oyentes,
al menos a nivel provincial, es “La Oreja Mágica” que se retransmite todos los
jueves a las 22 en Radio Kanal Barcelona (106.9 FM) dirigido y conducido por
Brando y Silvana. Sí que es cierto que, según explicaron en una entrevista,
magos como Toni Casas han hecho algún que otro juego a uno de sus oyentes, pero
esa no es su especialidad. “Tratamos el ilusionismo y a los ilusionistas como
verdaderos artistas y, además, contamos o nos cuentan ellos mismo de qué se
trata vivir de esta profesión, anécdotas o sus próximos espectáculos.” También,
simplemente, hablan de la magia, de sus trucos, sus misterios, de los profanos
sorprendidos… además de actualidad mágica, como por ejemplo si va a haber algún
congreso de magos próximamente o quién va a actuar en qué lugar. Además, para
entretener al público también suelen funcionar las historias de los magos de la
antigüedad o curiosidades sobre la larga historia de la magia, cosa que a
Imanol le gusta particularmente.
Brando y Silvana, no obstante, saben
que su temática no es a lo que están habituados los oyentes radiofónicos, pero
no por eso consideran que no se tome suficientemente en cuenta la magia en la
radio; simplemente no es algo habitual. “A la audiencia le llama mucho la
atención este tipo de programas. La magia es el arte de lo imposible y es ante
este hecho que la gente se siente atraída. ¡Ver lo imposible hacerse realidad
es muy atractivo!”
Por lo tanto, ahora ya se ha
desvelado el secreto y el efecto que tiene la magia en la radio y, por esa
razón, vemos el tema mucho más claro: nos encontramos con un espacio en la
radio en el que personas interesadas en el mundo mágico hablan sobre aquello
que tanto les apasiona y, una vez entre un millón, tenemos a un verdadero mago
a miles de kilómetros de nosotros hechizándonos y haciéndonos ver que la magia
puede llegar a ocurrir en nuestras propias manos.
Pero, ¿qué ocurre con el
resto de magos que sí que vemos, aquellos tan típicos y famosos de calle o de
teatro? ¿qué opinan ellos? La verdad es que muchos de ellos se sorprenden al
escuchar el efecto tan grande que tiene la magia en la radio. Uno de ellos, el
mago Churrimongui, asistió a la presentación del libro de Imanol y no pudo
estar más embelesado con el hechizo que el mago radiofónico desprendía. “El
hacer la misma magia que puedo hacer yo mismo por la radio le da un efecto
mucho más mágico porque, en este medio de comunicación, como siempre se ha
dicho, la imaginación es lo que más valor tiene y él consigue hacer magia con
la imaginación de los oyentes.” Este mago barcelonés admira este tipo de
actuaciones puesto que tiene en cuenta que el mago radiofónico juega con la
ventaja de que “puede ir preparando la técnica más fácilmente, para el profano
el truco, sin necesidad de sugestionar al espectador, es decir, inducirles a
que miren hacia un lado mientras que en el otro están preparando el truco.” El mago
de la radio no hace falta que te haga mirar a ningún lado puesto que el juego
es a oídas, no a vistas, y eso es lo que juega a su favor.
Respecto a los programas que hablan
de magia, como “La Oreja Mágica”, el mago Churrimongui lo ve como algo positivo
ya que cree que “para algunos perezosos a la hora de leer, es agradable que te
cuenten historias de la magia, biografías de magos, información sobre
espectáculos de magia… aparte de que es una buena vía para que el resto de
magos se den a conocer”. A pesar de que la magia en la radio sea minoritaria,
este mago afirma rotundamente que el efecto que proporciona es brillante.
La radio tiene un poder que el resto
de medios no tienen. Tiene el poder del misterio, el de escuchar una voz sin
saber de quién es, el de imaginarte cómo serán esas personas y qué aspecto
tendrán. Tiene el poder de despertarnos de buen humor por las mañanas,
acompañarnos durante nuestro ajetreado día y dormirnos plácidamente por la
noche. La radio, en ese aspecto, es muy poderosa. A su vez, la magia también
tiene ese poder misterioso, hechizante, que nos hace creer en imposibles y nos
hace dudar de nuestros propios ojos. Por eso, aunque al principio creyerais que
la magia en la radio era una cosa nunca vista (que, de hecho, no se ve), que os
hacía poner caras de asombro y sobre la cual no lograbais unir los cables, al
fin y al cabo, aunque parezca algo improbable a priori, la magia y la radio se
llevan muy pero que muy bien.