Carles Ruiz, un alcalde orgulloso de su ciudad y de sus ciudadanos.
Muchas personas tienden a pensar que el cargo político de
alcalde posiciona a estas personas a una cierta distancia del resto de
ciudadanos; como si fueran un ser intocable al que no te puedes dirigir. Pues
bien, el mito ha caído con el alcalde de mi ciudad, Carles Ruiz Novella, una
persona normal y corriente que pasea por su ciudad. No obstante, cabe destacar
que este padre de familia ha sido el mismo que ha conseguido sacar adelante la
ciudad de Viladecans durante la crisis y posicionarla en un lugar destacado del
mapa.
Carles Ruiz, hijo del baby boom de los sesenta, se crio en un
pequeño barrio de Barcelona. Ruiz ya apuntaba maneras desde que estaba en la
escuela, “el clásico delegado de clase, ese era yo”, y continuó con el mandato
en la facultad de derecho, pero siempre apostando por nuevas iniciativas: fundó
la asociación de estudiantes de derecho.
El primer pie que puso en el mundo de la política fue en la
Juventud Socialista de Catalunya y, a partir de aquel momento, los cargos
políticos no han cesado: teniente de alcalde, secretario de política industrial
en el PSC, presidente ejecutivo del Pacte Industrial de la Regió Metropolitana
de Barcelona, vicepresidente de Localret i miembro de la Comisión Ejecutiva
Nacional.
Pero sin duda alguna, por lo que más se conoce a Carles Ruiz
es por llevar al mando la alcaldía de Viladecans durante 11 años. Pero sin
menos dudas aún, por lo que más se le conoce no es por ser el alcalde sin más,
sino por ser un alcalde cercano, sincero, emprendedor, preocupado por su ciudad
y, sobretodo, por sus ciudadanos. Interesado en el sector empresarial y,
sobretodo, en la educación ha conseguido traer a nuestra ciudad desde empresas
como Unilever hasta pantallas digitales para nuestras escuelas. Ruiz cree
firmemente en la prosperidad de su ciudad, por eso trabaja tanto para su
desarrollo interno mediante mejoras en los barrios y en las instalaciones como
para el desarrollo externo de la ciudad, apostando por proyectos como The Style
Outlets.
Carles Ruiz quiere que hablar de Viladecans sea lo mismo que
hablar de futuro, pero lo cierto es que el futuro va a llevar su nombre durante
mucho más tiempo; un nombre que es capaz de llevar a sus hijos al colegio por
la mañana y pactar negocios provechosos por la tarde.
La característica de que el alcalde de Viladecans era una
persona cercana yo ya la había experimentado de primera mano. Hace unos meses,
cuando cumplí los 18, recibí una carta para asistir a una de las fiestas que el
alcalde celebraba en honor a los jóvenes de esta edad y así poder charlar un
rato con él sobre qué nos parecía nuestra ciudad. Pero hacerle una entrevista a
él solo… donde los dos estuviéramos hablando cara a cara… y encima para un
trabajo de la universidad… Eso ya era otro nivel. Llegando 10 minutos antes y
revisando cada segundo que mi camisa no se me arrugara, entré en la imponente
Torre Modolell, subí las escaleras y por fin me encontré al alcalde. Me recibió
con una sonrisa de oreja a oreja y con dos besos, me invitó a sentarme en los
sofás de su despacho, me preguntó qué tal estaba cuando yo era la que tenía que
hacer las preguntas, y a partir de ese momento todos los nervios se esfumaron y
toda la conversación fluyó…
- Empezando por el principio, ¿cómo
decidiste iniciarte en la política?
Empecé cuando estaba de delegado en la universidad. En ese
entonces, yo ya me sentía muy cercano al Partido Socialista y contacté con los
compañeros del PSC y me ofrecí. Primero empecé a trabajar en la agrupación
socialista universitaria, organizando la asociación de estudiantes y luego ya
milité a nivel de las Juventudes; una gran parte de mi carrera empezó allí, de
hecho.
-
¿Y cómo fue ese salto de militante
a alcalde?
Fue porque el anterior alcalde se marchó a trabajar a la
Generalitat como responsable político y mis compañeros me eligieron a mí.
Realmente, nunca había pensado llegar a ser alcalde. La verdad es que la vida
te va llevando y sientes que tú nunca tomas decisiones como éstas; al menos yo
no lo siento, ni si quiera haber sido teniente de alcalde, porque en verdad yo
era educador y me gustaba la política. Pero yo supongo que al final, cuando
tienes la vocación de servicio público, te acaba gustando. Yo no me quejaré
nunca de estar de alcalde porque realmente es una cosa que me gusta y me
apasiona, y eso es un valor importante a la hora de tener un trabajo.
-
Y una vez que ya fuiste elegido
alcalde, ¿cómo fueron tus primeros momentos?
Lo recuerdo totalmente. Fue el lunes siguiente del pleno, el
momento en que te eligen alcalde, que entré en el despacho, me senté en la mesa
y dije con una sensación nueva “¿y ahora qué? ¿ahora que toca?”. En ese momento
me acordé de una frase que decía Felipe González de que cuando estás en esa
situación es cuando ves que tú no puedes llamar a nadie; todos los demás te
pueden llamar para consultarte, yo incluso lo hacía cuando era concejal, pero
cuando estás en esa situación tú no tienes a quién llamar y es entonces cuando
tienes esa responsabilidad. Pero aquel momento no lo recuerdo de soledad, sino
de decir “y ahora qué hago”. Pero bueno, eso solo fueron dos segundos porque
luego entró alguien por la puerta y empezó todo el frenesí.
- ¿Cuáles son tus pilares
fundamentales a la hora de cuidar y mantener tu ciudad?
Han cambiado mucho de hace unos años a ahora. Yo recuerdo que
Viladecans tenía muchas necesidades: éramos un municipio con unos niveles de
renta muy bajos y con una estructura económica y de servicios muy débil. Por lo
tanto, el primer reto era situar Viladecans en el mapa, dotarlo de una
estructura económica que le permitiera ser fuerte, que permitiera ocupar a su
gente y tener una red de servicios y de espacios públicos adecuados. Ese era el
reto, pero luego vino la crisis. En este período la prioridad fue muy clara desde el primer momento: por un lado, atender a la gente con los problemas que de la
crisis se derivaban mediante toda la ayuda social posible, por otro, el
esfuerzo económico en mejorar Viladecans y, en tercer lugar, para mí era básica
la educación; yo estoy convencidísimo de que, si no hay un sistema educativo
adecuado, si la gente no tiene acceso a una educación de calidad, la sociedad
es muy difícil que avance.
“Ser alcalde es una cosa que me gusta y me apasiona, y eso es un valor importante a la hora de tener un trabajo.”
- “La inspiración existe, pero la
tienes que encontrar trabajando”. ¿Cómo aplicas esta frase de Picasso tanto en
el ámbito personal como en el profesional?
Yo solamente creo en aquella suerte en la que tú puedas
generar oportunidades para que las cosas ocurran. Es una frase que me gusta
mucho porque hay gente que piensa “me pasa esto porque tengo mala suerte” pero
la cuestión es que hay que trabajar para que esas cosas sean diferentes. Nosotros
hemos trabajado para que Viladecans tenga un futuro diferente y lo estamos
consiguiendo. Yo creo que las cosas te las tienes que currar para que salgan,
sino no salen. Otra cosa es que tengas el acierto y eso sí que es suerte o
inspiración… pero al fin y al cabo la inspiración es espontánea. Por ejemplo,
en un volcán tú no vas a pensar en una rosa porque solo ves piedras negras, por
lo tanto, es muy difícil que pienses en una rosa porque no sabes que existe. Es
una frase que me define muy bien y que me ha enseñado a que las cosas no pasan
porque sí, pasan si trabajas para que pasen.
- Actualmente, ¿qué iniciativas se
están llevando a cabo para movilizar a los ciudadanos?
Uno de los proyectos es la plantada de árboles, que lo
llevamos haciendo ya 5 años. La idea es encontrar una zona sin árboles, como
por ejemplo el parque de la Torre Roja, y que las familias que hayan tenido a
su bebé ese año replanten 12 árboles creando así “el bosque dels nadons”.
También estamos trabajando para ver si la Festa Xica, que se hace durante la
Fiesta Mayor para los niños pequeños, la podemos reproducir en los meses de
buen tiempo en los parques de Viladecans, porque nuestra idea es que los
parques de Viladecans sean espacios de actividades. La cosa es pensar una
programación para que, a partir del mes de abril, la gente se pueda encontrar
música en un parque, actividades para niños en otro, deportes… etc.
- También sé, desde mi propia
experiencia, la iniciativa que se tiene con los jóvenes al organizársele una
fiesta por su 18 cumpleaños. ¿De dónde nació esta idea?
Bueno, esto es como lo “dels nadons”. Yo pienso que los
acontecimientos significativos de las vidas de las personas son importantes
celebrarlos para que también se sientan parte de una comunidad, que sepan
que no están solos y que pensamos en ellos. Entonces creemos que este tipo de
cosas, lo “dels nadons”, los 18 y los 50 años de casados donde les realizamos
un baile a las parejas, hace que se sienta la ciudad y que esas personas se
sientan parte de la comunidad.
- Además, he descubierto por
internet que tienes ‘El Chat de l’Alcalde’. ¿Con que propósito se realiza este
proyecto?
Ahora con Twitter y Facebook la relación con la gente es
constante. Lo que pasa es que Twitter, por ejemplo, no te permite explicar sino
solamente dar respuestas de sí o no o derivar a un link, pero la gente lo
utiliza mucho para preguntar cosas que son más complejas que un sí o un no. En
Facebook, en cambio, es al revés, es como un cotilleo donde todo el mundo se
apunta y tampoco acabas dándole profundidad a las cosas. Yo creo que el chat me
permite más una relación de persona por persona y dar una explicación un poco
más amplia. El que la gente te indique los problemas también nos ayuda mucho a
nosotros a hacer nuestro trabajo.
- Ahora, pasando al tema de lo más
novedoso que tenemos en nuestra ciudad, que es The Style Outlets, ¿cómo fue el
proceso de instalación del centro en Viladecans?
Todo empezó con la crisis, porque todas las inversiones de
empresas que teníamos se paralizaron. Pero, pasado un tiempo, nos vino una
oportunidad de inversión por parte de la Generalitat, que era el Outlet. Lo
primero que pensé fue que iba a ser un impacto importante en la ciudad, porque
un equipamiento de este tipo son 2 millones de visitantes al año. Pero, por
otro lado, nos íbamos a iniciar en un sector como es el turístico, el cual era
un sector en el que la ciudad quería trabajar pero que todavía no había
conseguido llegar a tener un hilo para poder desarrollarlo. En ese sentido
vimos que, en un momento de crisis donde todo estaba paralizado, teníamos una
oportunidad de una inversión importante que generaba ocupaciones y muchos otros
elementos a su alrededor, como la restauración, la marca turística como tal,
hoteles… Y lo analizamos y lo vimos positivo porque, en el fondo, esta
actividad económica solo representa un 5% del total de la actividad económica
de Viladecans. Tenemos la mitad de actividades económicas reservadas para
actividad industrial, una cuarta parte para oficinas y hoteles, y otra cuarta
parte para centros comerciales, logística, etc. Entonces, lo valoramos y
decidimos apostar, por lo que le dijimos que sí a la Generalitat y trabajamos
con ellos en el tema. Considero que esto nos sitúa en un mapa real económico ya
que lo hacemos de una manera diferente y precisamente eso fue lo que pensé, que
era otro objetivo más que habíamos superado.
- Respecto a la cifra de turistas,
¿crees que ha bajado el número de visitantes respecto a las expectativas que se
tenía?
Naturalmente. Ha habido primero el boom inicial, sobretodo
porque coincidió la apertura con la mejor época para el comercio que son las
rebajas, la época de Navidad y de los regalos, y yo creo que volverá a tener
más actividad en mayo, que empezará más la actividad turística. Pero yo pienso
que, en ese sentido, por lo que me dicen los responsables, las cifras y el
impacto están siendo dentro de los límites, incluso superior a la que ellos se
esperaban.
-
¿El pequeño comercio de la ciudad se
ha visto afectado de alguna manera?
Por lo que sé, las previsiones de los pequeños comercios han
sido similares a la de otros años, o mejores incluso. En el servicio de la
restauración, sobretodo, han visto que de verdad venia gente de fuera que no
conocían como los habituales del barrio. Realmente, la gente se comporta como
nos comportamos nosotros: cuando vienen al Outlet y quieren comer algo buscan
en Google Maps “sitios para comer cerca” y llegan más allá del Outlet, hasta
las ramblas incluso.
- Sí porque es cierto que el Outlet
no tiene muchos lugares de restauración. ¿Se prevé abrir alguno más?
No, porque ellos tienen un límite de restauración y son pocos
sitios, una décima parte de la superficie en concreto. Y, además, su modelo de
negocio no es de un centro comercial donde la gente va a pasear, sino que su
misión comercial es que el cliente venga, compre y se vaya. Por eso es muy
diferente a un centro comercial, porque las estrategias también son diferentes.
- Las estrategias y las marcas
también son diferentes. Por lo tanto, ¿a qué tipo de público está dirigido
específicamente?
Ellos básicamente están dirigidos a los turistas que buscan
ropa de marca. Hay una parte joven, solamente la deportiva, pero el grueso está
más enfocado a otros sectores de público. Para el público joven, entraría más
Vilamarina, que sería como una oferta complementaria, ya que la estrategia que
tiene es más familiar, de jóvenes, de ocio con la nueva bolera por ejemplo… Yo
creo que Vilamarina va a caminar hacia eso y van a ser complementarios uno del
otro. De hecho, ambos son complementos de la ciudad. La ventaja de Viladecans
es que tenemos todas las modalidades de comercio: el comercio de proximidad,
como las tiendas del casco antiguo, la zona del eje comercial y peatonal, el comercio
de centro comercial como es el Vilamarina, y el Outlet, que es más singular.
Por eso lo que pretendemos es que cuando alguien piense en comprar piense en
Viladecans y yo creo que lo vamos a conseguir.
- Gracias a la apertura del Outlet,
la frecuencia de los trenes que pasan por Viladecans se ha conseguido aumentar,
pero solamente durante los fines de semana. ¿Qué opinas sobre esto?
La Generalitat hizo lo fácil, que era incrementarlos los
fines de semana ya que pasan menos trenes y, por lo tanto, es más fácil
aumentar la frecuencia. Yo creo que el reto es hacer lo difícil, porque a
nosotros no solo nos interesa los trenes para el Outlet, que también, sino que
fundamentalmente sea cómodo y fácil para que la gente de Viladecans vaya a
trabajar y que la gente de fuera venga también a trabajar y estudiar aquí
durante el resto de la semana. Des del ayuntamiento estamos iniciando una
campaña para promover este tema mediante la recogida de firmas para que pueda
llevarse a cabo.
“Nosotros hemos trabajado para que Viladecans tenga un futuro diferente y lo estamos consiguiendo.”
- Independientemente del Outlet o
no, ¿hay alguna novedad sobre la implantación de un metro para nuestra ciudad?
Hay un proyecto que es una línea subterránea de Renfe que
viene desde Cornellà hasta Castelldefels. Esto, antes de iniciarse la crisis,
estaba en marcha, hasta habían decidido las paradas y todo. Al haber este
parón, los alcaldes nos hemos puesto de acuerdo para volver a chillar y pedir
que se retome el tema, porque es una cuestión muy importante ya que, realmente,
desde Viladecans hay dificultades para movernos por la comarca y gente de la
comarca para moverse por aquí. Por lo tanto, intercomunicar toda esta zona de
una manera rápida daría muchas más oportunidades para todos.
- Hay un tema muy reciente que se ha
hecho viral en internet sobre nuestra ciudad y es la implantación de la cadena
Hooters en el Centro Comercial Vilamarina. ¿Cómo estás afrontando este tema?
Yo conozco el tema de Hooters directamente
a través del programa el Intermedio. Mi primera reacción cuando lo escuché en el Intermedio fue pensar que eso
estaba ya muy desfasado y me pareció una filosofía con dudas de que aquí fuera
a triunfar. A mí me parecía extraño pero lo único que me preocupaba era que
guardara realmente todas las condiciones legales, es decir, que no se utilice
de forma sexista a la mujer, que el lenguaje que utilicen sea correcto… Y lo
primero que hice fue manifestar lo que sentía sobre ello públicamente, que era
que me sorprendía porque Vilamarina, precisamente, está encaminado hacia una
política más familiar y de ocio juvenil y me chocó que, si Hoooters era aquello
que se dice, fuera a parar ahí. Yo creo que el modelo de negocio rompe con el
trabajo de poner en valor la igualdad de género, de trabajar por el respeto al
otro sobre todo en el tema de la igualdad, la violencia machista… y por eso me
preocupa que sea una piedra en todo este trabajo que estamos haciendo. Por otro
lado, esto es como cualquier negocio, si todo es legal, porque no nos guste,
nosotros no podemos hacer nada. No obstante, hay que esperar a ver qué hay de
cierto en esto porque Vilamarina aún no tiene cerrado el acuerdo con Hooters, y
hacer polémica de algo que no existe es innecesario. Hoy por hoy, Hooters no es
una realidad.
- Por último, y haciendo un resumen
sobre lo que significa para ti Viladecans, me gustaría que me dijeras qué es lo
que más te gusta de la ciudad y cómo convencerías a alguien para que vinera a
quedarse.
Esta pregunta es difícil porque preguntarme a mí que es lo
que más me gusta de Viladecans es como preguntarle a un padre qué hijo le gusta
más. Yo creo que la fuerza que tiene ahora Viladecans es que es una ciudad lo
suficientemente pequeña para ser un lugar donde mucha gente se conoce entre sí
pero que, por otra parte, también tiene una estructura de servicios cada vez
más importante, tanto de empresas, como transporte y comercio. Yo creo que el
elemento más importante es el carácter de ciudad y de pueblo a la vez. Por lo
tanto, es un municipio que tiene esa posibilidad de que vives en una ciudad con
los servicios propios de ciudad pero que tiene una dimensión relativamente
pequeña y cómoda y a la vez goza de la cercanía de un espacio agrario, de un
litoral y de una montaña que te dan una relación directa con la naturaleza.
Eso, precisamente, sería lo que utilizaría para convencer a alguien de que
viniera a Viladecans.
Entrevista realizada el martes, 14 de febrero de 2017,
a las 19 horas en la Torre Modolell (Alcaldía), Viladecans.